En nuestro festival y retiros, decidimos hacer una comida copiosa sólo dos veces al día. Esta decisión se basa en varias razones importantes:

A nivel práctico, ahorra tiempo. Hacer una comida copiosa tres veces al día nos restaría un tiempo valioso para las sesiones, los talleres y las experiencias compartidas. Al reducir el número de comidas que hacemos juntos a dos al día, podemos dedicar más tiempo a las actividades que son realmente importantes para nosotros y reforzar el sentido de comunidad.

En segundo lugar, comer menos es bueno para el medio ambiente y para nuestra salud. Al reducir el número de comidas, disminuimos el consumo de recursos y la huella ecológica de nuestros actos. Al mismo tiempo, comer menos fomenta un estilo de vida saludable y ayuda a evitar el consumo excesivo.

En tercer lugar, es bueno para nuestro organismo. Comer con menos frecuencia ralentiza el metabolismo, lo que provoca menos fatiga y una sensación general de bienestar. Nuestro cuerpo tiene más tiempo para digerir los alimentos y utilizar la energía de forma más eficiente.

Sin embargo, nadie debe sentir hambre. Por la mañana, se proporcionará muesli, fruta y algunos manjares. La primera comida será el brunch, hacia las 11 o las 12, y la segunda la cena. También se preparará algo por la tarde. La cuestión es que puedas comer según tus necesidades, tomar un tentempié si te apetece, por ejemplo durante la pausa para el café o el té. Pero ahórrate una gran comida conjunta.

En general, este cambio nos permite aprovechar mejor nuestro tiempo, vivir de forma más sostenible y promover nuestra salud. Esperamos que esta nueva práctica contribuya a que la experiencia del festival y del retiro sea más intensa y satisfactoria para todos.