La acompañamiento sexual es el trabajo que ayuda a la persona con diversidad funcional (coloquialmente denominada persona con discapacidad) a disfrutar de su sexualidad. Como el concepto de la diversidad funcional es amplia, asi son las respuestas profesionales.
La primera vez que he conocido a Jose me abrio un mundo. He viajdo a Valencia despues de charlar con el en los redes sociales. Me abrio la puerta de su casa con los ojos brillantes y corazón abierto. Le he contado que hago normalmente, mi tipo de masaje tantrico y que ofrezco. Para el era una cosa totalmente nueva, recibir un contacto sensual. Fue una sesion muy reveladora, amorosa y bella. Los dos experimentamos los limites, que se puede hacer, que funciona, la comodidad y el placer.
Todos deseamos recibir contacto, como terapeutas de intimdad sagrada ofrecemos sensualidad y contacto humano amoroso para ampliar y enriquecer lo que se puede ofrecer y recibir.
Con Jose era diferente, en su dia dia necesita que le ayudan en las tareas cotidianas, asi que recibe contacto fisico todo el tiempo desde casi siempre, pero un toque erotico amoroso no. Un permiso de gemir por placer que el toque le da no.
El acompañante sexual cumple dos tareas que como dice Jose fundamentales para la humanidad. Poder tener relaciones sexuales y poder conocer su cuerpo en una manera sensual y erótica.
La segunda es algo tan trivial para mucha gente. Como niños y adolescentes nos hemos tocado a nosotros mismos, Hemos dado placer y sabemos darnos placer. Es una información critica para el desarrollo sexual. Con esa información mas adelante en la vida podemos pedir, guiar para llegar al orgasmo que es propio
Por eso es un derecho básico poder disfrutar nuestro cuerpo, derecho al roce.
Aqui viene la segunda parte del acompañante sexual que como muchos profesionales, cada uno lo lleva a su manera. Desde mi punto de vista Somos manos, piernas, somos energia, somos conscientes que todo es uno y a la vez respetamos la integridad y la autonomia del otro.
Damos placer no a nuestra manera si no a la escucha y la necesidad del otro. Participamos en el acto de amor como musculos conectando con las fascias de los dos, siguiendo sus impulsos, sus peticiones, sus ordenes.
Si, ordenes porque los movimientos no son mias, sino suyos.
Soy musculos
Soy fascias
Soy huesos
Soy corazón que latiga en el ritmo de las energias con quien comparto espacio/ tiempo.
La fequencia del amor es universal.
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