¿Nos conocemos?

Hola, me llamo José tengo 45 años y mi chico se llama Luisfer tiene 13 años más que yo y juntos redescubrimos nuestra sexualidad, pero esta vez volviendo por mi parte a vivir con un proceso de aceptación propia, primero valorando y respetando los ritmos emocionales de la otra persona, no pensar únicamente en uno mismo sino también y sobre todo en el otro. Fue muy difícil en un entorno de institucionalización como es una residencia, un micro mundo donde todo se magnifica porque muchas veces se te cosifica ninguneando no solo nuestro derecho si no también nuestros espacios, nuestras emociones… Un lugar donde dejas de vivir y te limitas en el más amplio sentido de la palabra limitar a sobrevivir, por eso es tan necesaria la vida independiente: poder tener un verdadero hogar en el que contar con asistencia personal, para ser arquitectos de nuestras vidas y poder elegir como y con quién queremos vivir. Y, por supuesto, es muy necesaria también la figura del acompañamiento sexual, un apoyo humano imprescindible en nuestro caso como en muchos otros para poder decidir y llevar a cabo como queremos experimentar y disfrutar nuestra sexualidad como pareja. Es necesario, casi nos atrevemos a decir indispensable, primero para conocer y visibilizar, es el primer paso para poder dignificar y luego reconocer dicha figura, es decir legalizar la acompañamiento sexual no tiene nada que ver con la prostitución, es una persona que en ningún caso nos sustituye, sino que sigue nuestras indicaciones para hacer por ejemplo modificaciones posturales como las haríamos nosotros mismos. Por hacer una analogía que todos podamos entender es algo similar a un asistente personal pero vinculado a la sexualidad.


Lo que la gente llama comúnmente salir del armario, esa expresión tan manida, desgastada y viejuna que como se puede ver a mi no me gusta nada. Para mi mas bien fue primero un golpe de realidad con la mano abierta, enfrentándome a mis propios miedos viendo en el espejo algo que yo ya sabía y quería, pero no podía reconocer el hecho de salirme de lo que se esperaba de mí, rompió todos mis esquemas y tras dos años de difícil, intensa y continua lucha interna, un día sin saber prácticamente cómo, me volví a mirar en el espejo y me dije a mí mismo Jose déjate de tonterías estas enamorado de un hombre y es lo que hay. De repente cayó de mi espalda una invisible pero muy pesada mochila, por eso al proceso que la gente llama salir del armario yo lo identifico como soltar la mochila ese lastre que en demasiadas ocasiones te arrastra impidiéndote ser tú mismo.


Hola, me llamo Luisfer, estoy cerca de mis 58 años y conocer a Jose le dio a mi vida un vuelco en muchos sentidos, quizás el mas importante fue el cambio de actitud vital, algo que vi en él desde el principio. Su valentía al cruzarse el país para conocerme, su cariño, su amor y comprensión hacia mi hizo que muchas cosas en mi vida saltaran por los aires… y todo cambiara por supuesto a mejor. Me hizo ver las cosas desde una perspectiva diferente, me dio y me da una comprensión incondicional y apoyo a la que yo no estaba acostumbrado y así con el tiempo fui una persona diferente. De la mano hemos redescubierto muchas cosas, nuestros cuerpos y el darse a la otra persona de una forma tan diferente, donde todo es mas profundo, sensible y completo. La vida independiente (que animo a los lectores a conocerla ya que va mucho mas allá de querer vivir en tu hogar con asistencia personal, es tu autorrealización como persona). El amor y el apoyo mutuo hace no solo que te redescubras como persona, sino que se abra una nueva vida ante ti llena de posibilidades.

Vida independiente y acompañamiento sexual en España, otra gran asignatura pendiente

Aunque a nuestro propio entorno muchas veces no se lo parezca, las personas con diversidad funcional tenemos una sexualidad viva tan intensa como la de cualquier otra persona incluso a veces a nivel emocional mucho más rica, precisamente porque muchas veces no la disfrutamos cuando y como queremos, por eso cuando tenemos ocasión le damos el valor que realmente tiene y se merece.
Cada instante de nuestra vida en pareja por muy difícil que sea a veces también es cada día mágico y nuestros pocos, pero eso sí intensos encuentros afectivo sexuales son una fuente de comunicación, una explosión de cariño, deseo y una continua muestra de admiración y respeto mutuo, cada caricia cada gesto cada mirada cada beso y por qué no decirlo cada eyaculación es un orgasmo que en lo físico es pasajero, pero en lo emocional deja una huella imborrable que nos ilumina el alma.


La sexualidad no sólo es fuente de vida biológicamente hablando, sino también por ser un perfecto y gran hilo conductor de sensaciones. Tal vez convendría reflexionar, ver y entender que la felación y/o masturbación, aunque no lo parezcan, son actos que traspasan con creces la genitalidad. Son fuentes de afecto, cariño, amor y respeto tan sinceras como pueden serlo las caricias, besos, miradas, actitudes y gestos cómplices. Relaciones sexuales y emocionales: el mágico juego de los sentidos, poder conocer y explorar nuestros cuerpos además de nuestras emociones, viéndonos tal como somos en estado puro, sin disfraces sociológicos, estereotipos ni prejuicios.


Aunque sea con ayuda de distinta índole, apoyos humanos, tecnológicos, la sexualidad es una vía aumentativa y alternativa de comunicación, ya que comunicar es transmitir expresar resumiendo lenguaje corporal en todo su esplendor.


En este como en muchos otros temas, me pregunto en que se basan ciertas organizaciones para llamarnos elitistas a quienes pertenecemos al movimiento de vida independiente, en España una comunidad de reflexión y apoyo mutuo sobre diversidad funcional. ¿Acaso trabajar, luchar y apostar por buscar e intentar alcanzar nuestra felicidad les parece algo ilícito? Nuestra opinión es que esta constante e incesante búsqueda es precisamente lo que nos humaniza, pues es parte inseparable de nuestra naturaleza. Muchas veces a través de ella entregamos y compartimos nuestras almas, no debemos olvidar que la sexualidad puede y debe adaptarse a las múltiples y diversas necesidades y realidades de cualquier persona. La sexualidad es en si misma y en cualquiera de sus formas un factor de desarrollo humano, conocimiento y crecimiento personal, además de ser un magnífico vehículo de conexión con nuestra psique.


Yo personalmente la vivo en pocas ocasiones con la plenitud que me gustaría, pero en la medida en que mis diferentes etapas y circunstancias de vida me lo permiten, de una u otra manera siempre la practico y disfruto como si cada día fuera el último. Es cierto que no en pocas ocasiones el verte obligado a vivirla y experimentarla con el único apoyo de tus manos y tu imaginación, hacen que pueda resultar insuficiente, no ya desde un punto de vista físico, en el que si con mayor o menor dificultad se logran casi siempre fantásticos orgasmos, pero es cierto que a veces un profundo vacío inunda tu alma, porque sientes la necesidad de compartir y sentir la respiración, el calor, la pasión y la vibración de una persona que en este caso es de mí mismo género, un hombre con quien compartir vivencias inolvidables. La sexualidad es un ejercicio de plena consciencia emocional, sensorial y sin duda supra racional, en el que nos liberamos y empoderamos conectando en toda su plenitud con todo nuestro ser interior y exterior, nuestros deseos y más profundos miedos, anhelos, sueños, fantasías y necesidades de autorrealización. En fin, en mi caso todo un ciclo generador de una continua “primavera emocional” con tormentas y claros. Así es “el placer diverso”, un derecho humano equitativo en toda su plenitud.


Cuando se funden en uno, amor, deseo y placer te elevas, alcanzas el clímax la conciencia entendida como la máxima conexión y forma de comunicación con la verdadera, auténtica y pura esencia del ser humano, en nuestro caso se resume en la siguiente frase: Hubo un antes y un después de conocernos y conectarnos el uno con el otro.

Jose López Marín y Luisfer Sánchez-Moreno